Por: Santiago Rendón
No es secreto que el fútbol es el deporte más popular del mundo. Y no es popular por las emociones que produce, pues hay disciplinas como el baloncesto que nunca terminarían en un 0-0, sino porque se puede jugar en casi cualquier escenario y a veces solo es necesario encontrar un elemento que permita simular un balón.
Se juega en los estadios más concurridos del planeta, en las pequeñas canchas de los barrios, pero también en las calles, los parqueaderos y las esquinas, sin importar estratos, condiciones climáticas ni ningún otro factor que en otro deporte sí sería determinante.
De hecho, los mayores talentos del mundo no se han formado en una cancha profesional, sino que salieron de los barrios y favelas de Brasil, la tierra de los pentacampeones del mundo. Apoyados por lecciones de capoeira -como es el caso de Marcelo- o de los trucos aprendidos en las calles, cientos de niños aprendieron a patear balones desgastados, romper redes improvisadas con jugadas de Play Station y, más que todo, regatear rivales y sacarlos de quicio.
Por eso, Depay y Neymar fueron los primeros en protestar ante la decisión de la Confederación Brasileña de Fútbol de amonestar a los jugadores que se paren en el balón durante los partidos. No es coincidencia que dos jugadores de talla mundial y con brillantes actuaciones en el balompié internacional (incluyendo al último representante del Jogo Bonito) se pongan en contra de esta medida.
El argumento de la confederación y de la prensa que ha criticado a los futbolistas es que la jugada no le aporta nada al juego y atenta contra los principios del deporte. Pero, tampoco es casualidad que así como los cracks de élite son los que apoyan el recurso, aquellos que no han jugado fútbol profesional son los que se van en contra -con contadas excepciones-.
Ahora bien, todo este revuelo comenzó cuando Francisco Chaverra la uso ante Envigado (por eso se le conoce como la Chaverrinha), y luego fue emulada por él mismo días más tarde, por Neyser Villarreal con Millonarios y por el propio Memphis Depay vistiendo la camiseta de Corinthians. Pero, en 2023 ya había sido realizada por Yeferson Soteldo en un Santos vs Vasco da Gama, desatando una gresca de las ya conocidas en el Brasileirao.
Confusão generalizada em Santos x Vasco após provocação de Soteldo e reação de Sebastián Ferreira pic.twitter.com/3uwu5z1Mdv
— ge (@geglobo) October 1, 2023
Tal vez no es un recurso que aporta desde un punto de vista táctico, pues no permite avanzar, ni abrir espacios, ni filtrar balones, pero sí se vuelve determinante en el juego mental y la evidencia está en que casi siempre termina en amarilla para el rival y lo saca del partido, así que sirve para bajar las revoluciones del juego y, en muchos casos, aguantar un marcador.
Ney dice que el fútbol es cada vez más aburrido, mientras que su colega holandés afirma que este deporte no se juega solamente con los pies. El caso es que los talentos juegan, pero infortunadamente los otros son los que deciden. El fútbol tiene que volver a su esencia y a lo que por años estos niños que hoy son profesionales aprendieron en las ‘recochas’ con sus amigos, o si no se va a perder por completo esa magia de las individualidades en un balompié que cada vez depende más de las colectividades, la posesión y los toques.
También te puede interesar: Colombia se alzó con el título de la UEFA Friendship Cup